La zorra del mar de fuego
- Aléxandros Wolf

- 17 mar 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 22 feb 2022
Hubo una vez en la que te marchaste como una inclemente tormenta. Un potente huracán que arrasó con todo aquello que había construido para ambos. En aquella playa de arenas grises mi corazón se había desgarrado, la sal quemaba mis pulmones y me asfixiaba mientras me mecía de un lado a otro en la orilla. La noche llegó en poco tiempo, las lágrimas bajaban y los extraños observaban en la distancia a un pequeño lobo al que se le caía el rostro pedazo a pedazo.
No fue fácil reconstruirme y alejarme de aquella triste playa, con las conchas partidas, las tablas desperdigadas y los animales marinos descompuestos luego de haber encallado en la melancolía. Parecieron milenios hasta que regresé a aquel lugar, cuando un hermoso rayo de sol iluminó la oscuridad que había establecido su reino. Poco a poco, lo que alguna vez se había construido en las costas de nuestras almas tomó forma de nuevo, en esta ocasión con más pasión que la de mil seres de fuego. La zorra y el lobo se sentaron en el muelle, sus peludas patas tocando con gracia las calmadas aguas, y juntos observaron un atardecer eterno, hasta que olvidaron por completo si era muy temprano o muy tarde, simplemente no importaba, porque sus cuerpos permanecían pelo con pelo, piel con piel, alma con alma…
Hasta que el lobo cerró poco a poco sus ojos, y sin darse cuenta, el sol se había puesto. Atónito buscó el calor del alma de su amiga, pero no la encontró a su lado. El agua del mar había desaparecido, solo quedaba el muelle y la playa grisácea que parecía más un vacío, una profunda nada en la que temía perderse. Desesperado, se dio cuenta de las heridas que permanecían abiertas de aquella noche tormentosa, porque temió que volvería a perderla de nuevo.
Trató de llamarla a aullidos, pero estos se perdieron en el viento. Con una profunda tristeza se sentó de nuevo en el muelle. Esperó a que el sol alguna vez volviera, a que la marea creciera, a que el frío se disipara y con todo esto, su amiga zorra volviera…








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